Piensas en un viejo amigo y, de repente, suena el teléfono: es él. Buscas una respuesta y la encuentras en la página de un libro que se abre al azar. ¿Simple casualidad? Quizás no.
Si te ha pasado, no estás solo. No se trata de una simple casualidad. Estás experimentando la sincronicidad.
Más que una simple coincidencia
el término fue acuñado por el renombrado psiquiatra suizo Carl Gustav Jung para describir las "coincidencias significativas". A diferencia de una coincidencia mundana (como cruzarte con un vecino en la tienda), la sincronicidad es un puente entre dos mundos:
- Un evento en tu mente (un pensamiento, un sueño, una emoción).
- Un evento en el mundo exterior que coincide con el evento de una manera que te parece profundamente significativa.
Para Jung. estos no eran eventos aleatorios, sino momento en los que el mundo interior y el exterior se alineaban de forma misteriosa, como si el universo te estuviera enviando una señal o un "guiño".
El escarabajo dorado de Jung
La historia más famosa de Jung sobre la sincronicidad es la de una de sus pacientes. La mujer, muy racional y escéptica, le contaba un sueño que había tenido sobre un escarabajo dorado. Justo en ese momento, Jung escuchó un suave golpeteo en la ventana de su consultorio. La abrió y atrapó un escarabajo que volaba hacia adentro, un Cetonia aurata, la variedad más parecida a un escarabajo dorado en esa región.
Jung le presentó el escarabajo a su paciente, diciendo: "Aquí está su escarabajo". El evento fue tan improbable y significado que rompió las defensas racionales de la mujer y permitió un gran avance en su terapia.
¿Por que ocurre?
Aquí es donde los caminos se bifurcan. Para la ciencia, la explicación reside en el sesgo de confirmación: nuestro cerebro está programado para encontrar patrones y le da más importancia a las coincidencias que apoyan nuestras ideas, ignorando las innumerables veces que no nada.
sin embargo, para Jung y muchos otros, la sincronicidad apunta a una capa más profunda de la realidad, a un "inconsciente colectivo" o a un principio que conecta todas las cosas. No se trata de causa y efecto, sino de un patrón de significado que une los eventos.
¿Cómo reconocer las sincronicidad?
No hay reglas fijas, pero las sincronicidades suelen ir acompañadas de una sensación de asombro, sorpresa o extrañeza. Se sienten "destinadas" o demasiado perfectas para ser una casualidad.
- Ver números repitidos (11:11, 444).
- Encontrar la solución a un problema en un lugar inesperado.
- Conocer a la persona adecuada en el momento justo.
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